Por la primera vez un tribunal italiano reconoce las barbaridades que hay en el país del Norte de África contra los refugiados detenidos.
Andrea Grieco, área de Migraciones de APDHA.
El miércoles 11 de octubre, por primera vez en un Tribunal italiano, una sentencia ha establecido claramente que las condiciones de los refugiados en los centros de detención en Libia no respetan los derechos humanos proclamados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es la primera vez que una sentencia judicial declara que existe una realidad que es conocida: en los campos de detención de migrantes del territorio libio se producen torturas y tratos inhumanos. Es por ello necesario que, desde ahora mismo, haya un cambio en la política migratoria europea y de sus estados miembros, ya que últimamente parece que se hayan concentrado en la externalización de las fronteras con acuerdos con terceros países, como el que existe entre la Unión Europea con Turquía, o en este caso, el de Italia con Libia, dónde Italia ha sido pionera.
Se ha llegado a este histórico pronunciamiento de la Corte de Milán partiendo de las declaraciones de los refugiados, que han ofrecido testimonios de alarmante violencia hablando de abusos sexuales, homicidios contra la gente que no puede pagar a los traficantes y ejecuciones con exposición de los cadáveres.
El procedimiento sobre estos acontecimientos ha tenido lugar en Italia por solicitud del Ministerio de la Justicia de este país a la vista de la gravedad de los acontecimientos y comprobadas las condiciones de inseguridad y el nivel de violencias encontrado en Libia. Estas condiciones están confirmadas desde hace tiempo por las Naciones Unidas, así como por innumerables informes de otras organizaciones, que hablan de la falta total de las condiciones mínimas de acceso a los derechos humanos fundamentales.
A la luz de esta condena parecen más graves las consecuencias de las políticas actuadas por Italia y la Unión Europea, que, entre otras, prevén expulsiones sumarias en Libia con la cooperación de las autoridades locales. Las expulsiones, en un lugar donde la seguridad no es garantizada y donde la vida de los migrantes está en peligro, no puede ser aceptadas, y la decisión de la Unión Europea de externalizar las fronteras para la gestión de los flujos migratorios hace que esta institución sea corresponsal de lo que está pasando en Libia.
También el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muižnieks, ha pedido que Italia explique su colaboración con las autoridades libias, recordándole que la acción de Italia en aguas libias es también una violación de la CEDH.
Es necesario una revisión de las políticas migratorias de los últimos años, ayudando a los migrantes a entrar en Europa con visados de trabajo, que se establezcan corredores humanitarios seguros o ayudando en el mar a los migrantes, y no utilizando más acuerdos que establecen expulsiones en los países no seguros, tal y como dispone la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados.